TITANIC / Por: Elizabeth Araujo


  TITANIC
Ahora resulta que Hugo Chávez ignoraba que a sus espaldas crecía unapandilla de asaltantes de dineros públicos quienes, de la noche a lamañana, pasaron de ser aventureros en la política a honorables hombres
de negocios.
Casi estuvo a punto de preguntar por el nombre de ese señor, administrador apenas ayer de un mediano estacionamiento, que erigió suvertiginosa fortuna una vez que el

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