2002, EL PERFUME DEL PETRÓLEO // Por: Eugenio Montoro

2002, EL PERFUME DEL PETRÓLEO La Fundación Creole me otorgó una beca de estudios en 1959. Con ella pude recibir la educación de los curas salesianos que marcaron dos cosas que conservo: ser honesto y ser librepensador. La beca respaldó también mi paso por la Universidad y, al graduarme, entré como Pedro por su casa en la refinería de petróleo más bonita del mundo: Amuay. Allí empecé a

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