Dice un viejo adagio, que tanto va el cántaro a la fuente, hasta que se rompe y eso parecería estar sucediendo como consecuencia de la ideologización, la politización, la desprofesionalización y el deterioro de la identidad militar de las Fuerzas Armadas Nacionales. Ya NO se soporta al individuo aquel que identifican protocolarmente como: “Comandante en Jefe de la revolución
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