La mayor y mejor ofrenda a Dios en este tiempo, no son las ofrendas en metálico ni los diezmos sobre los ingresos del creyente, así como tampoco lo es presentarle unas ovejitas robustas como al principio de la creación lo hizo el pastorcito Abel, lo cual suscito la envidia de su hermano el campesino Caín que era agricultor.
0 Comments