Es natural que un régimen militarista asuma cualquier actividad pública como un acto de guerra, exactamente como lo hace con las elecciones, un evento civil por excelencia (los militares no votaban) ahora transferido a batallones, comandos, milicias, combatientes.
Toda acción es una campaña, toda política pública una misión, las metas son objetivos y por supuesto
0 Comments